GOSICK RED capítulo 1 (Hello! New York) parte 4

Con esto termino el primer capítulo. Cualquier error de traducción será corregida en el volumen final, gracias. 


—Bueno, me voy, victoria? Exageraste que no había ningún misterio que no podías resolver, que terminaste por colocarlo en la guía telefónica de New York ¿No? ¡Así que trabajaras seriamente! Cuando venga un cliente cogerás ese orgullo de un lobo gris, de un filoso, de un descendiente de una familia ancestral y le ayudarás a resolver el misterio. Victoria, lo entendiste, ¿verdad? Como sea, si no me voy ahora el jefe se enojará.
Victoria rumió su respuesta.
Kazuya iba de un lado a otro limpiando minuciosamente con la manía de un anciano, mientras la reprendía. Se acordó de la revista TIME que había comprado y lo colocó en el arcón. Mirando extrañamente reluctante hacía victoria, bajó finalmente la escalera espiral. Victoria tenía las mejillas infladas.
—Ca. Lla. te
Aquella palabra sonó un poco solitaria, volteó la cabeza hacia donde había desaparecido Kazuya. Estuvo así un momento, luego bajó la cabeza, dolida. Pero rápidamente levantó la cabeza, e inconscientemente apartó la mirada de la escalera. Gradualmente su rostro empezó a perder humanidad, ganando solo una actitud malhumorada. Su cuerpo comenzó a perder temperatura como la frialdad de una muñeca de porcelana hecha por un artesano de la antigüedad. Simplemente perfecta.
Un pájaro cantó del techo y voló hacia victoria. Debido a que victoria no se había movido, el pájaro se paró delante de ella, de alguna manera se sintió tranquila por ello.
No supo cuánto tiempo estuvo así, pero el pájaro voló otra vez y finalmente Victoria se movió.
Entonces, encima del sofá, Victoria bostezó, un bostezo de niña que no se esperaría de una mujer hermosa como ella. Malhumorada como siempre, miró a la revista Time encima del arcón.
Pasó las páginas de la revista. Abrió los ojos abruptamente. Parpadeó misteriosamente y guardó silencio. Arrojó la revista de vuelta al arcón. Componiéndose, tomó un libro. Entonces…
Sorprendente terminó de leer rápidamente la copia.
Desde las ranuras del techó se filtró la luz cayendo al suelo. Su cabello plateado se iluminó. Un espléndido pájaro de plumaje azul de los países del sur revoloteó dando vueltas.
Victoria había llegado a la villa del este de la isla de Manhattan a una oficina pequeña fungiendo como una detective privada, había venido desde una academia privada dentro de los bosques de Sovyuru, Europa.  Además escondida dentro de una biblioteca, en el último piso de la torre, mientras se solidificaba su soledad, continuaba pasando las páginas de sus libros, demasiada joven para comprender si era feliz o infeliz. Superpuesta con esa figura de un pequeño lobo gris.
Libros apilados.
Sólo había una radio en la esquina del suelo.
Una pipa dorada en forma de lagartija colocada en la espalda de un sostén en forma de un cocodrilo.
Los libros siendo leídos rápidamente…
Niños y adultos o lo que sea, un misterioso lobo gris, criaturas extrañas para ventas, arboles extranjeros, flores. Entonces extraños residentes ocupándose en sus respectivas labores en este extraño departamento.
Sobre ellos pasó el tiempo lentamente…
Y abruptamente…
Victoria saltó como un gato que fue pisado en la cola.
El teléfono que Kazuya había vuelto a conectar había sonado.
Ring ring
Ruidosamente.
Rompiéndose el silencio, el flujo del tiempo comenzó a moverse normalmente.
Victoria, enojada, continuó mirando al teléfono como si fuera su enemigo natural.
Como si el teléfono hubiera perdido su capacidad de operatividad, dejó de sonar. Asintió como si estuviera satisfecha, y alzó el pecho.
Volviendo intentar a leer los libros…
Y el teléfono comenzó a sonar otra vez.
Ring ring
“Mu…?!”
Victoria había inflado sus mejillas como una ardía y el teléfono se había vuelto obstinado también. Aunque se detuvo un tiempo después, otra vez…
¡Ring ring!
“¡MuMu!”
Entonces sonó. Dejó de sonar.
Otra vez volvió a sonar…
“¡Mu! ¡Mu!”
Y, debido que aquello era tan insistente, victoria dijo disgustada:
—Realmente, ese Kujo, aunque me molesté en desenchufar esa línea molesta, hizo esa cosa innecesaria… gracias a él, como lo pondría? u-mu… como sea, desde antes él ha sido un hombre persistente y molesto que no pierde el interés…
Mientras objeta con esa voz ronca similar a una anciana, dejó su libro y se puso de pie.
Se agachó en el suelo, como un gato negro olió los alrededores, moviéndose, encontró el teléfono. Su vestido de negro y carmesí hizo ruido en el suelo, continuó moviéndose. Finalmente viéndolo… apretando los dientes, poniendo toda su fuerza,
“¡Ei!”
Lo arrancó.
—¿qué te parece esto? ¬¬—Rio.
Rio con valentía.
Se subió al sofá e inmediatamente volvió a concentrarse en su libro. Y como si sintiera un evento inusual, su pequeño cuerpo se solidificó. Se acercó a la ventana triangular, y miró fuera.
La luz que se filtraba de los arboles le iluminó ligeramente las mejillas rosadas.
Desde la calle principal, se aproximaba un enorme Cadillac negro que se podría confundir con un vehículo blindado. Cuadrado para un caro ordinario, demasiado grande. Pero exhalaba un aire innatural. Lentamente entró al lote. Comenzó a dar vuelta en el camino endurecido.
Se acercó.
De alguna manera, el rostro de Victoria ganó disgusto gradualmente.
El automóvil se detuvo delante de Carrusel.
Lentamente la puerta del pasajero se abrió. Descendió una persona en traje negro y éste abrió respetuosamente la puerta trasera.
—¿Hm? —se quejó, victoria.
Descendió un hombre de alta clase, vestido con una bufanda de cachemir rojo, un sombrero, un saco encima de un traje desesperadamente fino. Aunque su estatura era baja, tenía buena constitución, de ancho de espalda y cintura.
Se inclinó hacia el vehículo, colocó un cigarrillo y lentamente lo prendió.
Victoria terriblemente entusiasmada miró el suelo donde el hombre había pisado. Parecía como si alucinara algo que no era enteramente visible…
A una señal de la barbilla del hombre, el hombre vestido de negro comenzó a caminar. Parecía que dentro de su traje, en el lado izquierdo tenía un… parecía que tenía un arma. Caminó, en cada momento exhalando un aura siniestra.
—Ya veo¬ —dijo Victoria mirando al techo. Sus pupilas verde esmeraldas estaban diseñadas para brillar inexpresivamente, aquellas pupilas que parecían muertas—. Por alguna razón que no lo sé, la apariencia de aquellos hombres es problemática ¿No? pero no parece ser un cliente de nuestra oficina.
Su espléndido y resplandeciente cabello plateado produjo remolinos en el suelo, una oleada junto a los Potpurrís. Los libros del estante parecían moverse ligeramente, inseguramente.
—¿Dónde está el gran detective? Pequeña del teléfono.
Repentinamente siendo saludada, victoria levantó la cabeza, suspicaz.
Hizo como si no hubiera venido un cliente, se sentó en su sofá colgante, cogió su libro, lo abrió.
Sus profundos ojos esmeraldas similares a un lago de los tiempos antiguos. Repentinamente abrió sus ojos, sus pupilas brillaron. Debido a que era demasiado hermosa y misteriosa, cualquiera vacilaría.
Ahí parado estaba el hombre de negro que el hombre que parecía ser el jefe le había mandado moverse. A parte de ser Italiano no tenía ninguna otra característica. Parecía estar de buen modo.
—(Agencia de Detectives Grey Wolf) es este lugar, no? …ah, la placa está puesta también. ¿En efecto es este lugar? Pero, ¿en realidad es este extraño lugar?
Victoria guardó silencio.
—Recientemente, abruptamente ha circulado el rumor de una supuesta “poderosa mente”, vine a hacerle un requerimiento, supongo. …tu, no puedes llamarle… a ese gran detective Wolf Gray?
—…Oh. Hueles bien —susurró la pequeña del teléfono. Mientras fumaba de su pipa miró fuera de la ventana… miró brevemente al hombre desconocido que se apoyaba en el Cadillac negro, éste la miraba.
El hombre de negro sacudió ligeramente los hombros.
—Al parecer en sus pies fluye un torrente de sangre que no puede verse con los ojos, ¿no? La sangre de un sin número de personas inocentes… aquel olor se está extendiendo por toda Carrusel…
¬—…discúlpeme? ¿Quién rayos eres? —Susurró el hombre perdiendo el buen humor.
—Soy sólo la que contesta el teléfono. Lamento decirte que el detective no se encuentra. —Rio Victoria, despreocupada.
El hombre guardo silencio, molesto.
Así pasó un largo tiempo.
El hombre de negro miró fuera de la ventana, lanzó un vistazo en dirección al hombre que parecía ser el jefe. Asintió silenciosamente al jefe.
Dentro de su maletín sacó un fajo de documentos, y lo sostuvo delante de los ojos de Victoria.
—Podrías decirle al detective que queremos hablar con él. Pequeña del teléfono.
—Uh huh.
—De acuerdo a los rumores, a pesar de abrir recientemente su agencia, se niega a recibir “casos especiales.” Parece que es una persona perezosa.
—Tal vez sea así.
—Pero nosotros… no queremos que nuestra propuesta sea negada. Entonces, si se niega… no perdonaremos.
—…
—Oh, tengo una idea.
Y abruptamente aplaudió una vez.
—En vez del detective Gray Woolf puedes escuchar nuestra historia y después transmitirlo!… que tal?
Victoria se mantuvo en silencio.
El hombre de negro despreocupadamente comenzó a hablar.
—Esta cosa pasó este mes. En cada semana, en la noche del sábado o la mañana del domingo, jóvenes de la mafia Italiana están siendo asesinados. Esta última semana fue la tercera.
Y victoria al parecer sin comprender del todo levantó una ceja, lentamente alzó los ojos a su acompañante.
—Tú. Acabas de… decir que ha habido tres casos de asesinatos ¿no?
Sus pupilas verdes comenzaron a destellar de sospecha. Por primera vez comenzó a tomar interés por el hombre.
—… pero, tú. En esta ciudad se supone que ocurren asesinatos de por lo menos 1000 ganters cada año. En las columnas de los periódicos están saturados cada mañana de casos de asesinatos de gánsteres. Y a pesar de ello, ¿porque fijarse en estos tres casos?
El hombre abruptamente comenzó a soltar una risita.
—Por una cosa. Porque no hay motivo.
—¿Motivo?
Lo labios gruesos del hombre se curvaron hacía arrimaba más y más y rio,
—¿Es difícil deducirlo, Señorita del Teléfono? La gente común no lo sabe, pero los casos de asesinatos de gánsteres son por venganza, resentimiento, etcétera. La venganza. Bueno, también hay causas en peleas insignificantes dentro de los bares. Pero en estos tres casos, sólo en estos casos, no hay una causa, ni hay un sospechoso… No es un resentimiento de alguna otra banda, tampoco un asunto por alguna mujer, tampoco robo. Incluso las organizaciones de sicarios del bajo mundo, aquellos grupos juraron que no recibieron ningún encargo. Pero hay algo más. Recientemente, los cuerpos de estos compañeros han sido encontrados con flores encima o vestidos en extraños trajes. Generalmente te ingenias para no dejar pruebas antes de escapar, pero particularmente en estos tres cuerpos no es el caso. Cada uno de ellos es un cadáver ordinario, ¿no?
El hombre miró al vacío, luego bajó la mirada a victoria.
—Para terminar, nuestra organización desea que la agencia de Detectives el lobo gris, investigue el caso. ¿Entendiste, pequeña del teléfono?
Las bien formadas cejas de victoria se unieron lentamente.
—¿Desea? ¿Qué es vuestra organización? Además quieres un encargo, ¿dónde piensas que estás?
Abruptamente el hombre de negro perdió emoción. Entonces más y más se volvió ilegible.
—Mi nombre… es cierto, es John Smith. Apellidos y nombres no tengo. Soy la sombra de otra persona, eso es…
Diciendo eso, otra vez echó un vistazo fuera de la ventana. Victoria miró esa cara con aburrimiento, y tediosamente dijo:
—… El detective, como ves, es alguien que tiene malos hábitos de lujo y vive en la pereza. Estoy segura que rechazará el trabajo de un cliente del que no conoce su verdadera naturaleza, ¿cierto?
—Me pregunto.
El hombre de negro soltó una risa baja.
Entonces en el silencio… el hombre sacó algo pequeño de su bolsillo del pecho… y lo dejó caer produciéndose un gran sonido que sobresaltaba.
Un sonido metálico.
…una bala.
Alrededor de la bala de un plateado profundo estaba tallado la forma de un racimo de bananas.
—!
Victoria perdió el aliento.
—Una bala de una ametralladora banana… maldito…
Pero el hombre de negro ya estaba yéndose, descendiendo la escalera de espiral a paso lento. Victoria por alguna razón se puso de pie, levantó sus tacones de esmalte negro y persiguió al hombre.
Descendiendo la escalera en espiral. Los volantes de rojo y negro confundiéndose en la estela de su cabello plateado.
Cuando Victoria salió de la Carusel el hombre de traje negro ya estaba en el asiento del copiloto del Cadillac. El auto arrancó. Empezó a producir un ruido tremendo.
Se detuvo, mientras lo veía irse, el vehículo se detuvo. Pareciendo recibir alguna orden, con una rapidez sorprendente retrocedió.
Se detuvo delante de Victoria.
Lentamente la ventana del asiento trasero se abrió.
Sólo se veía una porción del ojo del hombre en el interior a través de una abertura en la ventana de unos diez centímetros. La piel alrededor del ojo estaba enrojecido y ennegrecido, ah, alrededor estaba numerosas partes rugosas. En sus pobladas cejas había mezclados partes blancas.
Sus inquietantes ojos negros que parecían la boca de un arma, miraron la cara de Victoria, su pequeño cuerpo, como si lambiera cada parte.
Por parte de Victoria, abrió ligeramente sus labios que brillaban como las cerezas, miró al hombre sin expresión alguna en su rostro parecido a una muñeca de porcelana.
El hombre soltó un profundo suspiro.
—Otra vez nos vemos, ¿cierto?
Una poderosa voz, como si expulsara algo desagradablemente viscoso.
—El lobo gris de las leyendas... el filósofo que se pone en su piel… además.
—?
—¡El Lobo Gris… que se convertirá en mi cosa!
—…Qu?
Victoria retrocedió, apartó la barbilla, volvió a mirar los ojos del hombre.
En la superficie de su imperturbabilidad que parecía al hielo, por un instante, parecía que pasaba una turbulencia con repugnancia.
Y, una vez más la ventana se cerró. El motor rugió de una manera que temblaba cerca del suelo a tal grado que sacudía el suelo. Mientras soltaba un violento y masivo sonido, el Cadillac negro que parecía un vehículo armado comenzó a moverse.
Se alejó con una velocidad endiablada.
Desde dentro del Carrusel, los animales levantaron gritos inquietos, comenzaron a escucharse sonidos de aves volando.
El silencio de hasta ahora se rompió, comenzó la bulla.
Victoria permaneció sola. Su cabello gris y lo granos de popurrí se unieron y brillaron como en un sueño.
(Otra vez, nos encontramos, no?)
(El lobo gris... se convertirá...)
(en mi cosa…!)
Dentro del silencio, perduraba la presencia masculina del hombre en algún sentido violento y desagradable.
El viento del invierno agitó el cabello gris de victoria siniestramente. El ahora e incluso los arboles comenzaron a coger frialdad, todo parecía colapsarse.
 Victoria sin saberlo apretaba firmemente su pipa en forma de lagarto.
Mirando a las nubes del invierno,
—…hey, ya ves, Kujo.
Y gimió con una voz enronquecida como la de una anciana.
—¡¿Tan pronto como vengo a trabajar viene un cliente problemático?!

Comentarios

  1. Muchas gracias por todo tu esfuerzo ♡

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  2. Hay algunas diferencias de traducción leí este cap en inglés de una traductora que sabe dos idiomas y hay algunas actitudes de Victorique que son opuestas:
    Por ejemplo cuando ella ve a los hombres más que estar terriblemente interesada se menciona que esta preocupada.
    Al hombre cuando lo saluda le dice que huele mal...o que apesta. Pero en todo caso en el otro lado parecen haber traducido de chino a inglés si tienes el japonés original debe ser algo diferente (leí que Gosick en japón esta escrito de una forma que no es precisamente simple incluso y estas son novelas no novelas ligeras).
    En todo caso gracias por el esfuerzo!! amo esta serie.

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    Respuestas
    1. hola! Una palabra en japonés puede tener varios significados, y se traduce según el contexto, así que el espectro de significados para la palabra "huele" abarca desde "oler bien," hasta "oler mal"(De locos!). Claro, esto se soluciona por el contexto. Cuando Victorique dice: "Hueles bien" imaginé que lo decía con sarcasmo y tratando de ser hiriente. En cuanto a lo otro, supongo que te refieres a esta parte del capítulo: "Victoria terriblemente entusiasmada miró el suelo donde el hombre había pisado." otra vez, el matiz es distinto. La cambiaré a "terriblemente ansiosa." He dado algunas ojeadas a la traducción China y confirmé que es una traducción bastante bien lograda. En traducciones desde el japonés, la traducción resultante no será la misma. Siempre creí que la traducción del japonés es más una adaptación que una traducción (Aunque esto puede ser debatible). En los primeros capítulos he tratado de ser libre en la traducción, prueba de ello es que he omitido muchas onomatopeyas, especialmente las de la risa, pero a medida que progresaba he decidido apegarme más al estilo de la autora. Gosick red no es especialmente difícil.
      Gracias por leerme y mencionar mis errores, esto me ayudará a mejorar. Un gusto!

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